8 nov 2018

Murales Diego Rivera: comunistas, Hitler, Mussolini y Pío XI. New Workers School

Lema del blog: "No busquen la verdad en palabras o escritos de los que ejercen el poder o cobran por su función amarilla"
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"La barbarie nazi", mural de Rivera que se
expuso en la comunista New Workers School
de Nueva York, realizado en el verano de 1933.
Einstein es el único sonriente, por emigrar



Años 1930-1933, la Gran Depresión fue un periodo de tiempo singular y decisivo en el devenir de nuestro mundo. Las democracias capitalistas estaban hundidas debido a su política económica errada y antisocial, en clara contraposición a las ideas de los derechos fundamentales del hombre, conforme habían establecido sus padres en la Constitución estadounidense de 1787.

En oposición a la Gran Depresión en el seno de la democracia capitalista, con presteza y éxito se alzaban las políticas sociales y económicas fascistas y comunistas. Coexistían estos tres regímenes antagónicos entre sí: dos extremos y el fascismo entre ellos. El primer gran choque bélico sucedió en España. El primer choque intelectual acaeció en la capitalista Estados Unidos: aquí el capitalismo jugaba en casa, y se erradicadó la obra comunista de Diego Rivera al igual que el comunismo y todas las derivaciones del marxismo, y en etapas posteriores el fascismo, pues en marzo de 1933 se había admitido el New Deal conociéndose que era un programa económico fascista, de ahí que se diera a Delano Roosevelt un plazo de cien días para certificar la validez de aquel desconocido y distinto New Deal. Pero con el estallido de la Segunda Guerra Mundial el fascismo quedó en Estados Unidos tan perseguido como el comunismo y la obra socialista de Diego Rivera: un anticapitalista, antifascista y anticatólico recalcitrante.

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Los murales comunistas de Diego Rivera. Análisis y significado

Frida Kahlo y Diego Rivera

"La barbarie nazi" es uno de los veintiún murales encargados a Diego Rivera por la "New Workers School" de Nueva York, para ser entregados en 1933. Estos murales conformaban "Retrato de América", una América vista por los ojos de Rivera y el comprador de la obra.  Esta " Nueva Escuela de Trabajadores" era un centro creado por el Partido Comunista de Estados Unidos en 1923.  Un incendio destruyó todos los murales en 1969.
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El comunismo en Estados Unidos pasó con cierta rapidez de ser aceptado y subvencionado a perseguido. El macartismo fue el brazo ejecutor aparente. El inicio de la "Guerra Fría" comenzó a borrar el concepto y las prácticas del comunismo en la nación que había desarrollado las libertades y derechos básicos del hombre. (Para mejor entender la situación, leer: "El comunismo en Estados Unidos" y "El macartismo").

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El mural de Diego Rivera "Man in the crossroads", "El hombre en la encrucijada", realizado para el Rockefeller Center fue destruido en 1933, tan pronto como John Rockefeller vislumbró la exaltación pictórica-política que Rivera realizaba con los líderes del comunismo: Marx, Engels, Trotsky y, sobre todo, Lenin que había, poco antes, triunfado en la revolución popular, donde Pancho Villa y Zapata habían fracasado y muerto. Este hecho había aumentado la admiración de Rivera hacia Lenin, corraborada por la opuesta evolución social y económica en Estados Unidos y en Rusia. Pero por lo visto, Rivera no valoraba la ausencia de libertades en la Unión Soviética, así como las continuas agresiones soviéticas, directas o indirectas, a las naciones próximas para implantar en ellas el comunismo.

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Situación en Europa en 1932-33. Hitler y Mussolini vistos por Churchill

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Hindenburg y Hitler en 1933
En los primeros años de la década
de 1930 Hitler no se manifestaba
como luego realmente fue


Las democracias capitalistas estaban sumidas en una Gran Depresión merced a su errónea y antisocial política. Por el contrario, las naciones con democracia socialista o fascista presentaban cada vez mejores resultados económicos y sociales. Diego Rivera comprendía que en aquellos días el auge del comunismo solo tenía un adversario político: el fascismo de Benito Mussolini que comenzaba, o iba a comenzar, a aplicarse en otros países, Alemania entre ellos, ya que las sangrientas revueltas judío-comunistas habían sido cercenadas radicalmente por la República de Weimar, y la muy probable ascensión de Hitler al poder anulaba cualquier vestigio de recuperación socialista.
Por todo ello, Rivera no simpatizaba con la democracia de Weimar y, mucho menos, con el nacionalismo socialista de Hitler.
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Diego Rivera finalizó el mural sobre Hitler y el nacionalsocialismo durante el verano de 1933, es decir, pocos meses después de que Hitler fuese investido canciller de Alemania en la República presidida por Paul von Hindenburg. El pueblo que representa está triste y agacha la cabeza o es torturado; sólo tiene un semblante  alegre Albert Einstein, que hacía unos meses había emigrado desde Alemania a Estados Unidos.
De una mujer rodeada y maltratada por gendarmes cuelga un cartel con el texto "me he entregado a un judío".
Barbarie nazi, detalle
La mujer judía


En este mural se echa de menos a los camisas pardas, los miembros de la milicia nacionalsocialista SA, organización que ya llevaba más de dos años realizando "servicios" antisemitas. La represión es adjudicada en el mural a los policías de la República de Weimar, que años antes habían controlado las sangrientas revoluciones comunistas. Actuaciones policiales que no tenían carácter antisemita, aunque los judíos encabezasen con una constancia pertinaz aquellas grandes revueltas.
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Cada Estado de la federación alemana de la República  de Weimar disponía de su propia policía, pero todas ellas contribuyeron a apagar las graves revueltas protagonizadas por los comunistas en su deseo de convertir Alemania en una república soviética. Aquellas lamentables revoluciones fueron iniciadas por los comunistas judíos Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg, al final de la Gran Guerra, y se prolongaron durante los años siguientes. siendo sofocadas por las fuerzas de seguridad republicanas apoyadas por nacionalistas de derechas.
Por ello, Rivera se venga en el mural de la "policía represora" de la República de Weimar. Rivera siempre se opuso a cualquier grupo político que intentase frenar la expansión del comunismo, que no aceptase a Marx, Engels Trotsky y Lenin, que no desease el modelo social y económico implantado por Lenin
Rivera había comprobado que Lenin había llevado el progreso a la sociedad rusa, aplicando, además, una deseable justicia social; cuando pocos años después de la muerte de Lenin. Occidente se había sumergido en una Gran Depresión debido a su política antisocial y de un capitalismo cargado de un liberalismo incontrolado. Sin embargo, hacía ya más de nueve años de la muerte de Lenin, y el comunismo de Stalin, el estalinismo, era todavía más duro que el aplicado por Lenin, el leninismo
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Una cosa es que Rivera acertase al denunciar los excesos cometidos por políticos y regímenes de la época social más convulsa que ha sufrido la humanidad y otra cosa es que disfrutara de una mente suficiente para juzgar con rigor que era lo que precisaba una determinada sociedadla rusa en 1917, no tenía nada que ver con las necesidades sociales en Alemania, España, Hungría, EEUU, Italia etc. Ahí está el fallo de pensamiento de Rivera, pues el comunismo "suave", el leninismo, es una gran solución socioeconómica sólo en precisas y concretas ocasiones. 
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Churchill y Hitler
en "The Strand"


Hitler, en el verano de 1933, aún no poseía el poder que anhelaba, como consiguió a la muerte de Hindenburg, el 2 de agosto de 1934. En ese momento, Hitler asumió los cargos de presidente y canciller, nombrándose a sí mismo Reichsführer. Con la supresión de los partidos políticos, excepto el nacionalsocialista, se acabó la República, la oposición y la democracia, y Hitler, desde su dictadura especial, pudo llevar a cabo sus proyectos asesinos.

El caso es que cuando Diego Rivera pintó el mural, Hitler todavía poseía tintes de una persona normal, el nacionalsocialismo estaba mejorando con gran rapidez y plena claridad la maltrecha economía heredada de la democracia; además, la presidencia de Hindenburg ofrecía garantías suficientes de estabilidad. Las urnas le daban la razón.
Eran unos tiempos en los que Hitler era incluso admirado públicamente por Winston Churchill., que en 1938 manifestó ante la progresión del comunismo y los desórdenes populares en Europa: "Si nuestro país fuese derrotado en una guerra, desearía que nos encontrásemos con un Hitler para restaurar nuestro coraje y conducirnos otra vez al lugar que nos corresponde entre las naciones".

Aunque el primer elogio admirativo, con dudas de futuro, de Churchill a Hitler lo expresó en la revista londinense "The Strand" de noviembre de 1935, en un artículo titulado "Hitler and his Choice", "Hitler y su Elección". Churchill  escribió allí:
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 "El excabo austriaco ha  restituido a Alemania a una posición de poder en Europa; si es para el bien  de la civilización o para su perdición, sólo el tiempo lo dirá (...) No podemos decir si Hitler será el hombre que una vez desató sobre el mundo otra guerra en la cual la civilización moderna sucumbirá irreparablemente, o si él pasará a la Historia como el hombre que restituyó el honor y la tranquilidad de espíritu a la gran nación germánica y la llevó de regreso serena, productiva y fuerte al seno de la familia europea. Pertenece al secreto del futuro si la Historia calificará a Hitler de monstruo o de héroe (...)  Adolf Hitler fue el hijo de la rabia y el dolor de un poderoso imperio y raza que había sufrido una derrota aplastante en la guerra. (...)" El artículo prosigue con alabanzas a Hitler, pero refleja las dudas que ofrecía su próxima gestión.
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Mussolini y el Papa
New Workers School, 1933


Desde luego, si Rivera en 1933 sólo apreciaba defectos en Hitler era porque Rivera, ofuscado, creía firmemente en la bondad del comunismo y la maldad de Hitler, Mussolini, el Papa, el capitalismo y la República de Weimar. Si los murales los hubiese pintado en 1945, o incluso al final de la década de 1930, y solo tratase a Hitler en ellos, esos murales hubiesen tenido una justificación.
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Años antes, Churchill había realizado también un encendido elogio a Benito Mussolini por haber frenado con éxito el avance del comunismo en Italia. En 1927, tras visitarle en Roma manifestó: "Me ha impresionado de forma favorable la cortesía y la sencillez de Mussolini (...). Si fuera italiano me hallaría ciertamente a su lado en la lucha triunfante contra los apetitos bestiales del leninismo"
Winston Churchill había escrito, cuando era ministro de la Guerra, en "Evening News": "Alemania tiene ante sí una terrible elección, ya sumiéndose en el caos bolchevique o bien barriendo el camino a la barbarie revolucionaria a fuerza de valor y virtud, estableciendo un dique para detener las olas bárbaras rojas, procedentes del Este, salvando, así, sus propios intereses y los de aquellos salientes antagonistas del Oeste. Si los alemanes fuesen capaces de rendir tamaño servicio, sin ulteriores tendencias, darían un paso gigante en la ruta de su redención".
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Pero Rivera profesaba el comunismo. Rivera había sido uno de los fundadores del Partido Comunista de México en noviembre de 1919 y propulsó la entidad comunista neoyorkina New Workers School fundada en 1923. Rivera pretendía llevar el comunismo al mundo occidental, y se ensañó más con las naciones europeas que se regían con regímenes anticomunistas.
Diego Rivera, 1933
Lenin con Marx, Engels y Trotsky

Rivera no entendió que el nivel de vida y cultura del pueblo y, en concreto, del trabajador de EEUU, Alemania o Italia, no tenía nada que ver con el existente en Rusia, China o México en las dos primeras décadas del siglo XX. Las soluciones sociales no pueden ser las mismas en todos los países.
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Más clarificador de los sentimientos de Diego Rivera, es el mural dedicado a Benito Mussolini. El "pecado" de Mussolini había consistido en encabezar el movimiento de las clases medias y cristianas para eliminar el acelerado avance del comunismo en Italia y ofreciendo una alternativa a la denostada monarquía que no fuese un régimen comunista, situación que se imponía en naciones próximas. Tampoco estaba bien visto por el comunismo que el fascismo hubiese devuelto El Vaticano a la Santa Sede. Pero Mussolini no retornó al Papado las regiones que poseía en Italia que había confiscado la República Italiana.
Mussolini no perseguía a los judíos, tampoco a los comunistas. 
Mussolini, tampoco era, ni fue, el Jefe del Estado de Italia. Mussolini era un dictador controlado, como lo fue Miguel Primo de Rivera en España, donde se le dimitió, sin más problemas ni protestas. Dictadores sin control fueron Hitler y Stalin en una época en la que las democracias con su imperialismo y capitalismo antisocial e incontrolado eran un total fracaso y una desgracia para la mayoría del pueblo. En esas fechas, las anacrónicas y elitistas monarquías o habían dejado de existir o estaban en vías de extinción.
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Pero para Diego Rivera, desde su drástica postura comunista y atea, tanto Mussolini como la Iglesia eran un atentado y un freno para la consecución de la sociedad que él anhelaba.
En cualquier caso, el mural dedicado a Mussolini no refleja el sinsabor y miedo social evidenciado cuando Rivera pinta a los nacionalsocialistas. Pero bajo Mussolini hay puñales y encapuchados que recuerdan a los del KKK, modelo de personajes que nunca existieron en Italia. Las personas que no portan puñales o capuchas, se ríen, aburren o asombran ante Mussolini y un Pío XI servil y ridiculizado. Para Rivera, los italianos o son secuaces muy violentos o personas que se mofan del fascismo.
..El original  mural "Man in the crossroads"
del Rockefeller Center de  New York



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En los murales pintados para la comunista New Workers School, podemos observar un tema que repite Rivera: Lenin rodeado por un pueblo feliz por estar con él; lo curioso es que las personas reflejadas no son obreros o campesinos. Bien sabía Rivera que tanto estos murales como el pintado para el Rockefeller Center no iban a ser contemplados por campesinos y obreros, y sí por ciudadanos neoyorquinos y turistas. A ellos iba dirigido su pensamiento escrito con pinceles.
Lenin está flanqueado por Marx, Engels y Trotsky. Como en aquellos momentos el único gran socialista vivo es Trotsky, él es quien levanta el puño cerrado catequizando a los visitantes.


Mural comunista de Diego Rivera en la New Workers School,
también desaparecido en el incendio de 1968

Leer:
 Rivera, capitalistas


"Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg. Antigermanismo", artículo que narra las sangrientas revoluciones comunistas y prosoviéticas realizadas en Alemania.
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"Lenin. La Revolución Rusa"
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"El crash de 1929. La Gran Depresión"
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"El New Deal" La solución a la Gran Depresión, con las nuevas ideas y soluciones europeas llevadas a EEUU por Keynes.
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"La Revolución Mexicana"
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"El hombre en la encrucijada", en Ciudad de Mexico. Se aprecian las pequeñas diferencias entre este gran mural y el destruido "Man in the crossroads". Este mural es una exaltación del marxismo, denigrando a cualquier modelo de sociedad, cultura y religión que se separe de la filosofía marxista-leninista.
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