Lema del blog: "No busquen la verdad en palabras o escritos de los que ejercen el poder o cobran por su función amarilla"
Lema de este artículo: "Ladran, luego cabalgamos"
En marzo de 2021 se ha publicado mi ensayo relativo a la Guerra Civil española. Vosotros decidiréis si servirá de guía a la maltratada, confusa y falseada Memoria Histórica sometida a los intereses del poder político de cada momento
Enlace con el resumen de mi ensayo "La Guerra Civil. Causas y responsables", una relación comentada de los artículos escogidos del blog.
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Actualmente, la "profesionalidad" de políticos de la democracia y de los escritores amarillos están confundiendo la Memoria Histórica, al mezclar las bondades y necesidades de la sociedad española de 1936 con las existentes en años posteriores, pues no tiene nada que ver la bondad y necesidad del Alzamiento con el anacronismo de la dictadura franquista, que, tardíamente, se disolvió con inesperada facilidad, al conseguir, o intentar, una buena parte de sus dirigentes convertirse en profesionales del nuevo régimen. Un Alzamiento que arraigó en el cincuenta por ciento de la población que no admitía la progresiva sovietización anticristiana de una España encabezada por unos gobernantes puestos y cesados por la voluntad de Stalin.
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Acerca de la guerra civil, una cosa es recibir una ayuda fundamental de las dos potencias hegemónicas en el continente europeo, la Unión Soviética y Alemania, y otra es querer implantar en España uno de aquellos dos regímenes: la España Nacional nunca intentó convertirse en nacionalsocialista; la República del Frente Popular estaba ya pasando en la primavera de 1936 de ser una sucursal del estalisnismo a ser una parte integrante de él, una más de las Repúblicas Socialistas, tras el fallido y sangriento alzamiento revolucionario de octubre de 1934 y conforme el casi finalizado desarrollo del proyecto realizado el 23 julio de 1935 en Moscú entre la Komintern y los dirigentes del socialismo español, colocados, dirigidos y suprimidos a voluntad de Stalin y la Komintern, como sucedió con Largo Caballero en mayo de 1937 e Indalecio Prieto pocos días antes. Además, si alguna de las instituciones aliadas no era totalmente sumisa se la suprimiría a sangre y fuego, como así se realizó en mayo de 1937 con los anarquistas, los trosquistas y el POUM de Orwell.
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Actualmente, la "profesionalidad" de políticos de la democracia y de los escritores amarillos están confundiendo la Memoria Histórica, al mezclar las bondades y necesidades de la sociedad española de 1936 con las existentes en años posteriores, pues no tiene nada que ver la bondad y necesidad del Alzamiento con el anacronismo de la dictadura franquista, que, tardíamente, se disolvió con inesperada facilidad, al conseguir, o intentar, una buena parte de sus dirigentes convertirse en profesionales del nuevo régimen. Un Alzamiento que arraigó en el cincuenta por ciento de la población que no admitía la progresiva sovietización anticristiana de una España encabezada por unos gobernantes puestos y cesados por la voluntad de Stalin.
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Acerca de la guerra civil, una cosa es recibir una ayuda fundamental de las dos potencias hegemónicas en el continente europeo, la Unión Soviética y Alemania, y otra es querer implantar en España uno de aquellos dos regímenes: la España Nacional nunca intentó convertirse en nacionalsocialista; la República del Frente Popular estaba ya pasando en la primavera de 1936 de ser una sucursal del estalisnismo a ser una parte integrante de él, una más de las Repúblicas Socialistas, tras el fallido y sangriento alzamiento revolucionario de octubre de 1934 y conforme el casi finalizado desarrollo del proyecto realizado el 23 julio de 1935 en Moscú entre la Komintern y los dirigentes del socialismo español, colocados, dirigidos y suprimidos a voluntad de Stalin y la Komintern, como sucedió con Largo Caballero en mayo de 1937 e Indalecio Prieto pocos días antes. Además, si alguna de las instituciones aliadas no era totalmente sumisa se la suprimiría a sangre y fuego, como así se realizó en mayo de 1937 con los anarquistas, los trosquistas y el POUM de Orwell.
Significativa es la correspondencia entre Stalin y Largo Caballero.
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Es imprescindible separar ya la guerra civil de la dictadura posterior.
Es imprescindible separar ya la guerra civil de la dictadura posterior.
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Fotografía y su explicación
Puerta del Sol, Madrid. Media España celebra el triunfo de los nacionales el 28 de marzo de 1939.
El saludo con la mano era un símbolo identificativo que proliferó durante la guerra entre la mitad de los españoles en contraposición al saludo con el puño cerrado preexistente ya antes de la guerra, al gual que existían dos banderas.
Opuestas también eran las creencias religiosas (o su ausencia) y las fórmulas sociales y económicas, así como la facultad que aplicó el Frente Popular para una amnistía total para cualquier tipo delito y para los responsables de la sangrienta revolución de octubre del 34, disposición tomada ante la oposición de la otra media España.
Todas estas graves divergencias quedaron reflejadas en la sesión de Cortes del 16 de junio de 1936, y en sus consecuencias decisivas: el planificado asesinato perpetrado por los gobernantes en la persona de Calvo Sotelo, el líder parlamentario de la otra media España, consistió en la "gota que colma el vaso", es decir: el lógico chispazo revolucionario, conforme el proyecto y provocación de la Komintern-Frente Popular planificado el 23 de julio de 1935 en Moscú.
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Mi pensamiento acerca de quienes fueron los responsables y las causas de la Guerra Civil española
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Por preguntas al respecto de la serie de artículos acerca de la Guerra Civil Española, considero oportuno publicar aquí varios párrafos, a los que he añadido otros ya escritos en "El Manifiesto Comunista y Jose Antonio Bru" y "España no era demócrata en 1936".
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Por preguntas al respecto de la serie de artículos acerca de la Guerra Civil Española, considero oportuno publicar aquí varios párrafos, a los que he añadido otros ya escritos en "El Manifiesto Comunista y Jose Antonio Bru" y "España no era demócrata en 1936".
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| Jose Antonio Bru |
A) Causas externas
B) Causas internas
Causas externas
En Occidente durante los inicios del siglo XX existió un conflicto originado por el vacio provocado al derrumbarse el anciano, antisocial y anacrónico mundo de las monarquías. Pero el sistema político-social que le suplantó: el demócrata, basado en las libertades del hombre nacido con la Constitución de Estados Unidos, al no ser controlado el capitalismo que conllevaba, provocó una Gran Depresión al olvidarse totalmente de la aplicación de una de las dos bases del programa de aquella Constitución: la justicia social proveniente del adecuado reparto de la riqueza nacional creada.
Debido a la lamentable situación, dos soluciones rápidamente se extendieron en la sociedad europea: el comunismo, que había triunfado en 1917 erradicando una de las monarquías más antisociales de todos los tiempos, un comunismo que se extendía dictatorial y velozmente. La segunda solución consistió en el fascismo, con un programa que deseaba conservar la base del progreso del hombre europeo: la cristiandad, pues sin ella no es posible entender la evolución de Occidente, pero esta solución había nacido con violencia, la violencia emanada por la fatal solución de la Gran Guerra y la violencia precisa para frenar el comunismo; una alternativa fascista que pronto mutó a dictatorial y, que al igual que el comunismo, se transformó en agresiva. España con varios siglos de decadencia en su haber se convirtió en el primer enfrentamiento de los dos sistemas diametralmente opuestos.
Además resultó que un socialismo nacionalista que había prendido en Alemania debido a las disposiciones del Tratado de Versalles y a la dolorosa y sangrienta revolución provocada en Alemania al final de la Gran Guerra, se trasformó en una organización revanchista y altamente intolerable en sus reivindicaciones, un nacionalsocialismo que pronto se alineó con el fascismo motivado, sobre todo, por el fervor anticomunista que ambos regímenes profesaban.
Causas internas
Los culpables de la guerra civil, a corto plazo, fueron unos políticos ciegos que confundieron o habían sobrevalorado los valores de la democracia, y los políticos y escritores-ideólogos de la izquierda, en su violento afán de obligar a los españoles a la homologación política, social y económica con el régimen de la Unión Soviética, en franca expansión en Europa Continental y que desde la subida al poder absoluto de Stalin no sólo se habían anulado los derechos fundamentales del hombre sino que asesinaba a toda oposición política y de índole moral, centrándose con profusión en los sacerdotes ortodoxos (entre 1927 y 1940, fecha en la que se doblegó la Iglesia Ortodoxa rusa, fueron asesinados cerca de cien mil sacerdotes y cerradas casi todas las iglesias). Esta forma de asesinar se fue desarrollando en mandos y milicianos del Frente Popular que no hacían distingos entre combatientes y civiles, (fuesenreligiosos o no lo fuesen) y enemigos o aliados que no se pusieran incondicionalmente a las órdenes del gobierno de la república del Frente Popular, sucursal bajo la dirección incontestable de la Komintern.
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El proletariado vivía en la miseria desesperante en ausencia de justicia social, donde la capa alta estaba muy distante de la obrera y la campesina. Aquel proletariado sentía que no sólo eran un fiasco las promesas realizadas por la Segunda República, aumentadas al ser llevado el Frente Popular a la dirección de la nación, sino que con la República su situación había empeorado.
Las ilusiones forjadas en el proletariado por las disposiciones formuladas por los políticos, al fallar se convirtieron en el caldo de cultivo de una lógica reacción muy violenta, que recondujo su extrema pobreza y desesperanza en odio hacia las instituciones tradicionales españolas, que se manifestaron ya en mayo de 1931, a escasos días del comienzo de la era republicana, generalizándose un odio asesino que cristalizó a partir de febrero de 1936.
En otoño de 1934, tras su debacle electoral de noviembre de 1933, los prohombres socialistas quisieron imponer su doctrina a través de una sangrienta revolución. Su fracaso desalentó todavía más a las clases populares, que con la llegada del Frente Popular, en febrero de 1936, creyeron que por fin mejoraría su vida. No fue así, y su violencia dirigida desde el poder se desbordó, siendo contestada en parte por las juventudes de la clase media tradicionalista.
Para el comienzo de la guerra sólo faltaba un fogonazo. Situación con el magnicidio de Estado cometido contra el líder conservador. Había llegado el momento de provocar el proyectado alzamiento que creían sería de fácil control.
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El proletariado vivía en la miseria desesperante en ausencia de justicia social, donde la capa alta estaba muy distante de la obrera y la campesina. Aquel proletariado sentía que no sólo eran un fiasco las promesas realizadas por la Segunda República, aumentadas al ser llevado el Frente Popular a la dirección de la nación, sino que con la República su situación había empeorado.
Las ilusiones forjadas en el proletariado por las disposiciones formuladas por los políticos, al fallar se convirtieron en el caldo de cultivo de una lógica reacción muy violenta, que recondujo su extrema pobreza y desesperanza en odio hacia las instituciones tradicionales españolas, que se manifestaron ya en mayo de 1931, a escasos días del comienzo de la era republicana, generalizándose un odio asesino que cristalizó a partir de febrero de 1936.
En otoño de 1934, tras su debacle electoral de noviembre de 1933, los prohombres socialistas quisieron imponer su doctrina a través de una sangrienta revolución. Su fracaso desalentó todavía más a las clases populares, que con la llegada del Frente Popular, en febrero de 1936, creyeron que por fin mejoraría su vida. No fue así, y su violencia dirigida desde el poder se desbordó, siendo contestada en parte por las juventudes de la clase media tradicionalista.
Para el comienzo de la guerra sólo faltaba un fogonazo. Situación con el magnicidio de Estado cometido contra el líder conservador. Había llegado el momento de provocar el proyectado alzamiento que creían sería de fácil control.
Responsables de la Guerra Civil
Considero que a corto plazo los responsables de la guerra fueron los dirigentes de las izquierdas, que fallaron en su revolución de octubre de 1934 lo que motivó como solución alternativa la creación del Frente Popular (alianza de todas las izquierdas incluyendo las anarquistas y con promesas a algunos partidos de centro), puesto en marcha por la Komintern y el socialismo español en el VII Congreso de la Komintern en sesión realizada en Moscú el 23 de julio de 1935, potenciándose con rapidez la imagen soviética a través de "Asociación de Amigos de la URSS" dirigida por Antonio Machado y ayudada por prensa y carteles, el PCE con Pasionaria, las Juventudes Comunistas de Santiago Carrillo y, sobre todo, la elección de la cúpula gubernamental que debería obedecer a Stalin a través de la Komintern a cuyo frente estaba Palmiro Togliatti encargado a su vez de organizar el Quinto Regimiento que sustituiría de inmediato al Ejército, institución que había logrado cercenar los proyectos de sovietización en Alemania, Hungría y España en octubre de 1934. El que los gobernantes no cumpliesen lo ordenado por Stalin significaría su dimisión, conforme sucedió con Largo Caballero en mayo de 1937 y con Indalecio Prieto poco antes, y si alguna de las instituciones aliadas no era totalmente sumisa se la suprimiría a sangre y fuego, como así se realizó en mayo de 1937 con los anarquistas, los trosquistas y el POUM de Orwell.
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El programa del Frente Popular no daba pie a equívocos:
El programa oficial estalinista del Frente Popular, con amplia mayoría del PSOE, incluía: la independencia del Marruecos español y de las ciudades españolas; la liberación de las "naciones oprimidas": Cataluña, Vascongadas y Galicia; la confiscación de todas las tierras de la Iglesia y de los terratenientes; armar a obreros y paisanos del Frente Popular; la confiscación o control de bienes y empresas y anular todas las deudas adquiridas por campesinos y pequeños comerciantes con la banca, que, en siguientes etapas, sería nacionalizada.
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Sin embargo, a medio y largo plazo, los culpables fueron los políticos de la monarquía y los dirigentes del capital y de las instituciones, expresión de una derecha de corte feudal, poseedora del patrimonio nacional, con riquezas procedentes de latifundios "tomados" en su día o de privilegiados negocios, dentro o fuera de España, realizados con esclavos o trabajadores mal pagados o esclavizados y salvaguardados por las largas levas realizadas entre las clases que no podían pagar para no cumplir con el servicio militar y las guerras imperialistas fuera de España. La lógica reacción proveniente del alma y falta de patrimonio de las clases desfavorecidas, fue fácil presa de los demagogos estalinistas. La justicia social brillaba por su ausencia. El miliciano violento estaba "servido".
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Aquella élite en el poder, monopolizadora perenne, colaborando con la mezquindad de una burguesía capitalista a su servicio, empobrecieron y envilecieron durante décadas, y siglos, a un pueblo español rebosante de mansedumbre ciudadana y carente de las libertades y los derechos básicos del hombre. Un pueblo que había ido a morir en las imperialistas guerras en ultramar para defender derechos del capital caciquil, y más recientemente en Marruecos. El desastre de 1898, el Barranco del Lobo, la Semana Trágica, Annual y Monte Arruit marcan un límite de lo que puede soportar un pueblo que se ve abocado a defender posturas agresoras imperialistas marcadas desde el poder apelando a la falaz idea del patriotismo.
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Rafael Alberti en sus "Relatos", 1937-1938, magnificó, generalizando, estas diferencias y sin contrapartida, escribió: "Nunca, nunca sabréis, hijos de condes y marqueses podridos, torpe Iglesia feudal, más que vieja y embrutecida; casta parasitaria de vejadores militares, analfabetos tricornio engañados; nunca sabréis del hundido dolor de este pueblo que vivíais humillando...". Desde luego, con aquellas gentes escribiendo así era imposible la cordura y templanza depositada en el Parlamento, en la democracia. Aquellos "prohombres" deseaban imponer el estalinismo. Los "Amigos de la URSS" eran dignos correligionarios de Alberti.
Aquella sociedad elitista y reaccionaria situó a un pueblo, sobrado de miseria económica y cultural, en manos de unos mamarrachos que iban a transportar a toda la nación al "paraíso socialista" predicado por Stalin.
Si en este retorcido espectro social, añadimos la bipolarización existente en el continente europeo, fascismo-estalinismo, debido al fracaso de las democracias capitalistas antisociales de la época, obtendremos sin lugar a dudas, el estallido de unas fuerzas reprimidas, tanto las vinientes desde hacía décadas o de otras presentes que veían peligrar sus firmes creencias religiosas y sus patrimonios.
Sin embargo, a medio y largo plazo, los culpables fueron los políticos de la monarquía y los dirigentes del capital y de las instituciones, expresión de una derecha de corte feudal, poseedora del patrimonio nacional, con riquezas procedentes de latifundios "tomados" en su día o de privilegiados negocios, dentro o fuera de España, realizados con esclavos o trabajadores mal pagados o esclavizados y salvaguardados por las largas levas realizadas entre las clases que no podían pagar para no cumplir con el servicio militar y las guerras imperialistas fuera de España. La lógica reacción proveniente del alma y falta de patrimonio de las clases desfavorecidas, fue fácil presa de los demagogos estalinistas. La justicia social brillaba por su ausencia. El miliciano violento estaba "servido".
Aquella élite en el poder, monopolizadora perenne, colaborando con la mezquindad de una burguesía capitalista a su servicio, empobrecieron y envilecieron durante décadas, y siglos, a un pueblo español rebosante de mansedumbre ciudadana y carente de las libertades y los derechos básicos del hombre. Un pueblo que había ido a morir en las imperialistas guerras en ultramar para defender derechos del capital caciquil, y más recientemente en Marruecos. El desastre de 1898, el Barranco del Lobo, la Semana Trágica, Annual y Monte Arruit marcan un límite de lo que puede soportar un pueblo que se ve abocado a defender posturas agresoras imperialistas marcadas desde el poder apelando a la falaz idea del patriotismo.
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| milicianos en Barcelona |
Aquella sociedad elitista y reaccionaria situó a un pueblo, sobrado de miseria económica y cultural, en manos de unos mamarrachos que iban a transportar a toda la nación al "paraíso socialista" predicado por Stalin.
Si en este retorcido espectro social, añadimos la bipolarización existente en el continente europeo, fascismo-estalinismo, debido al fracaso de las democracias capitalistas antisociales de la época, obtendremos sin lugar a dudas, el estallido de unas fuerzas reprimidas, tanto las vinientes desde hacía décadas o de otras presentes que veían peligrar sus firmes creencias religiosas y sus patrimonios.
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| Fin de la guerra, entrada en Madrid |
Mi carácter político
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Cierro este capítulo con un comentario daliniano, pues me han solicitado marque bien mi pensamiento y diferencias con el del escritor prototipo de derechas (y en la actualidad, de forma similar se puede aplicar al escritor que vende lo que escribe a las izquierdas): "Ese Escritor".
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Ese Escritor tiene su público .........................................................................Yo no
Ese Escritor, por eso, vende mucho ..................................................... .........Yo no
Ese Escritor se recrea normalmente en pormenores........................................Yo no
Ese Escritor es "coherente" y previsible en política .................................... .....Yo no
Ese Escritor dice lo que quiere escuchar la derecha...............................Yo también
Ese Escritor no dice lo que quiere escuchar la izquierda..................................Yo sí
Ese Escritor no dice lo que quiere escuchar la izquierda..................................Yo sí
Ese Escritor no quiere a los traidores a España ..................................Yo tampoco
Ese Escritor no quiere a los manipuladores de la Constitución ............. Yo tampoco
Ese Escritor pasa, o casi, de Marx .................................................................Yo no
Ese Escritor no ve la "absoluta" necesidad, en su día, de El Manifiesto ..............Yo sí
Ese Escritor no denuncia a los malos políticos del XIX (de derechas) .............. ..Yo sí
Ese Escritor no denuncia a los malos políticos de derechas de inicios del XX . ...Yo sí
Ese Escritor denuncia a los malos políticos de izquierda ....................Yo también
Ese Escritor no ve la excelencia de la socialdemocracia de Kautsky ..................Yo sí
Ese Escritor es querido por la derecha ..............................................................Yo no
Ese Escritor es odiado por la izquierda ...............................................Yo también
Y como no pretendo conseguir con mis artículos dinero o cargos políticos, continuaré permitiendo a mi pensamiento actuar con plena libertad.
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Consideraciones
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La caída constante de la economía desde la implantación de la República; los sucesos de mayo de 1931 y la aparición de otros casos violentos, como los de Casas Viejas y Arnedo, dieron pie tanto a una miseria que cada vez más envolvía al pueblo español como a un desánimo popular, al comprobarse que la República no era capaz de atisbar una solución, ni siquiera para el lamentable problema agrario.
La Revolución de Octubre de 1934 en España fue un fiel reflejo de la actitud de los émulos de la Revolución Rusa, a los que les interesaba profesionalmente tener un régimen similar al soviético (con muchos seguidores en Europa Continental, gracias a la caída de las capitalistas y antisociales democracias de entonces) y que se sirvieron de la indignación popular existente con la Segunda República para realizar la que resultó fallida revolución.
Consideraciones
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| Viviendas en Legazpi, casi centro madrileño década 1920 |
La Revolución de Octubre de 1934 en España fue un fiel reflejo de la actitud de los émulos de la Revolución Rusa, a los que les interesaba profesionalmente tener un régimen similar al soviético (con muchos seguidores en Europa Continental, gracias a la caída de las capitalistas y antisociales democracias de entonces) y que se sirvieron de la indignación popular existente con la Segunda República para realizar la que resultó fallida revolución.
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Una eficaz maniobra dirigida por la Internacional Comunista conformó el Frente Popular, que subió al poder, por una pequeña diferencia en el voto popular, pero suficiente. Desde entonces, y como bien se dejó claro en la Sesión de Cortes del 16 de junio de 1936, el Estado de Derecho había quebrado. La ilegal defenestración de Alcalá Zamora y, sobre todo, el intento de asesinato en las personas de Gil Robles y Antonio Goicoechea y el asesinato consumado de Calvo Sotelo, acciones todas ellas realizadas desde el poder, sólo fueron el certificado de esa quiebra de la democracia. España no era una nación demócrata en julio de 1936.
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El Alzamiento Nacional de los requetés y también de falangistas, militares y civiles, pronto dirigidos por Franco, no se levantó contra un régimen democrático, tampoco contra una idea democrática ni contra el pueblo; se alzó contra el estalinismo, contra una situación degenerada e improrrogable. Además, este Alzamiento fue proyectado y provocado por la Internacional Comunista y el Gobierno de la República del Frente Popular para suprimir el último estamento español que aún no controlaban y que consideraban fácil de vencer. (Leer: "El Alzamiento Nacional fue proyectado y provocado por la Internacional Comunista y el Gobierno de la República Española del Frente Popular")
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| José Antonio Primo de Rivera fusilado por el Frente Popular |
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El Alzamiento Nacional de los requetés y también de falangistas, militares y civiles, pronto dirigidos por Franco, no se levantó contra un régimen democrático, tampoco contra una idea democrática ni contra el pueblo; se alzó contra el estalinismo, contra una situación degenerada e improrrogable. Además, este Alzamiento fue proyectado y provocado por la Internacional Comunista y el Gobierno de la República del Frente Popular para suprimir el último estamento español que aún no controlaban y que consideraban fácil de vencer. (Leer: "El Alzamiento Nacional fue proyectado y provocado por la Internacional Comunista y el Gobierno de la República Española del Frente Popular")
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Para celebrar la victoria del Alzamiento tuvieron que transcurrir mil días de esperanzas y sufrimientos. Al final de ellos, no se restauró la maltratada y perdida democracia, deseada en 1931 por la gran mayoría de nuestros padres. Por el contrario, nació una nueva casta social, bajo un régimen autoritario, que limitaba o anulaba demasiadas libertades básicas, incompatible con una sociedad moderna, cuando Europa había regresado a la normalidad política y al progreso.
Esa casta social se olvidó del sacrificio de las juventudes del Requeté y devaluó la de los falangistas que no habían muerto durante la guerra, como fueron los casos de Dionisio Ridruejo y Manuel Hedilla. Mientras que otros falangistas, o del Movimiento, que no habían destacado antes de 1939 o no eran falangistas ese año, ocuparon altos cargos en Falange, Estado, deportes, política e incluso en la democracia: Ramón Serrano Suñer,, José Antonio Elola-Olaso, y en la democracia: Juan Antonio Samaranch, Adolfo Suárez, Rodolfo Martín Villa etc..
Requetés y falangistas, juventudes vertebradas por su anticomunismo y anticapitalismo y por alimentarse en las clases medias tradicionalistas. Juventudes perdidas por la guerra, al igual que la de otros combatientes idealistas de la República: españoles o de las Brigadas Internacionales.
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| Juan Antonio Samaranh y Rodolfo Martín Villa saludan. ¡Ay con los demócratas profesionales! |
Esa casta social se olvidó del sacrificio de las juventudes del Requeté y devaluó la de los falangistas que no habían muerto durante la guerra, como fueron los casos de Dionisio Ridruejo y Manuel Hedilla. Mientras que otros falangistas, o del Movimiento, que no habían destacado antes de 1939 o no eran falangistas ese año, ocuparon altos cargos en Falange, Estado, deportes, política e incluso en la democracia: Ramón Serrano Suñer,, José Antonio Elola-Olaso, y en la democracia: Juan Antonio Samaranch, Adolfo Suárez, Rodolfo Martín Villa etc..
Requetés y falangistas, juventudes vertebradas por su anticomunismo y anticapitalismo y por alimentarse en las clases medias tradicionalistas. Juventudes perdidas por la guerra, al igual que la de otros combatientes idealistas de la República: españoles o de las Brigadas Internacionales.
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