22 jun 2007

Alfonso XIII y Miguel Primo de Rivera y la Dictadura. Alhucemas


Alhucemas. Tropas de desembarco
Alhucemas. Lanchas de desembarco


Juzgar política y socialmente el año 1930 desde la bonanza actual, como se suele hacer, no sólo es un anacronismo perverso sino también una simpleza.
Miguel Primo de Rivera
Los regímenes occidentales, bien fuesen repúblicas o monarquías parlamentarias, con su capitalismo voraz y liberalismo incontrolado, amén de poseer algunas de ellas una buena dosis de imperialismo, representaban en 1930 y años próximos la antítesis de lo que debería ser un poder con un gobierno capaz de regir una sociedad con la justicia social precisa y con el adecuado programa para obtener un desarrollo económico.

El socialismo, el único real entonces, el soviético, fue una solución traumática para acabar con el régimen elitista y socialmente inmoral de la monarquía rusa. Años más tarde la paradoja se presentó cuando el sistema socialista se convirtió en la más reaccionaria y conservadora fuerza política que nunca antes una sociedad moderna había padecido.
Los fascismos constituyeron la reacción de las clases medias amantes de su patria, cultura y tradiciones ante la situación existente provocada por los extremos de la época: las democracias liberales, capitalistas y antisociales y el socialismo dictatorial, internacionalista, laico e igualitario: el estalinista. Como los fascismos se alumbraron en una época violenta, tuvieron que nacer con el lógico grado de autoritarismo.
El nacionalsocialismo y sus fundamentos es un punto y aparte, una aberración.
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El crash de 1929 sumió a las ya entonces hundidas democracias en la perplejidad. Por su parte, Stalin había trocado el látigo del zar por el fusil de la checa. El esperanzado pueblo ruso vivió bajo su mandato con más pan que con el zar Nicolás II, pero con más temor y muerte.


Monarcas europeos en 1910
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Acorazados Alfonso XIII y Jaime I



....Alfonso XIII y Primo de Rivera
Los valores políticos y el significado de las ideologías en la sociedad occidental durante el primer tercio del siglo XX no tienen nada que ver con la problemática y forma de vida de los tiempos actuales. Menos aún si consideramos su relación con las necesidades de los pueblos que vivían en aquella época con las existentes en la actualidad.

España, que había estado separada del resto de Europa a raíz de la Paz de Westfalia (cuando los Habsburgo de España corrieron un "telón", telón de oscurantismo, sobre los Pirineos) sufrió en el corto intervalo de trece años la confluencia de todas las corrientes y convulsiones político-sociales que se habían gestado en Europa desde la publicación de "El Manifiesto Comunista", en febrero de 1848.

Monarquía clásica, socialismo en todas sus acepciones, fascismo y democracia republicana quisieron abrirse paso, en aquellos años de finales del primer tercio del siglo XX, en un lugar donde no existía suficiente espacio.
En España, con el fascismo blando de Miguel Primo de Rivera se trastocaron las graves derrotas en África por una victoria total; se dieron por finalizadas las huelgas y agitaciones sociales y la economía tuvo una época de sensible crecimiento, repartido entre todos los estamentos y actividades sociales.
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Alfonso XIII, por Pons Arnau


Sin embargo, Primo de Rivera, que permutó progreso y orden por las exiguas previas libertades existentes, no se atrevió, o no le interesó, terminar con los caciques, ya fuesen de la elitista nobleza terrateniente o de los nuevos capitalistas surgidos gracias al liberalismo aplicado a los negocios realizados durante la Gran Guerra. Mientras tanto, el campesinado, sobre todo el del Oeste y Sur de España, vivía en una absoluta miseria, sin posibilidad de escapar de ella. Es un insulto a la razón alguna dádiva o visita regia a sus lugares de vida; entre éstos, destacó la realizada por la Corona en la comarca cacereña de Las Hurdes, en junio de 1922.

Igual sucedía con el proletariado en toda la extensión de la nación. Destacaba por su número de militantes el que trabajaba en la industria de Barcelona, que se desarrollaba gracias a los bajos salarios que percibían los obreros, cuya única esperanza estaba depositada en los sindicatos anarquistas, atacados por Primo de Rivera con más dureza aún que la ejercida sobre ellos durante los años anteriores por la monarquía bajo el mando local del gobernador civil, entre el 8 de noviembre de 1920 al 24 de octubre de 1922: el general Severiano Martínez Anido; que más tarde fue ministro de Gobernación con Primo de Rivera, entre diciembre de 1925 y el final de la Dictadura.
Permaneció impune la actuación de los empresarios catalanes, pagadores de asesinos a sueldo para eliminar a los sindicalistas, siendo el crimen de mayor trascendencia el cometido el 10 de marzo de 1923 con Salvador Seguí, el noi del sucre, un anarcosindicalista secretario general de la central CNT. Para asesinar, la paronal creó el Sindicato Libre, pretendiendo confundir a la opinión y los trabajadores, presentando los crímenes como diferencias entre sindicalistas

Primo de Rivera se quedó sin fuerzas suficientes para atajar los grandes males de la nación cuando alcanzó el poder, como ya le había aconsejado Ortega y Gasset a través de un artículo escrito en "El Sol", el 27 de noviembre de 1923, le "alertaba contra centenares de hombres, sin moralidad y competencia que se habían adueñado con astucia del poder político". Ortega continuaba con la recomendación (Primo de Rivera gobernaba desde el 13 de septiembre): "El dictatorial, lo mismo que el demócrata, si quiere hacer algo acertado, tendrá que revolverse contra la opinión pública".
Edificio en Legazpi, centro de Madrid 
aen
quellos años


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Primo de Rivera prohibió la existencia de partidos políticos; bajo su mandato sólo existió el suyo, la Unión Patriótica. Su lema era muy significativo: "Patria, Religión y Monarquía". Cumpliendo estas premisas no podía existir en España un régimen ni personal ni duro, puesto que el Gobierno quedaba supeditado, y así quedó de hecho, a estos valores, un tanto románticos y otro tanto anacrónicos, 
espirituales y tradicionales.

.Primo de Rivera dispuso una fórmula nueva para los ascensos en la milicia basada en méritos contraídos y no en la antigüedad, así como profesionalzar la milicia desde su base humana.
Primo de Rivera también suprimió libertades, y no sólo las políticas y las que ya disfrutaban las regiones españolas basadas en sus fueros y tradiciones, como sucedía en Cataluña, sino también anulando las de expresión. Debido a estas normas que no se acataban, se llegó a imponer cuantiosas sanciones gubernativas, entre otros, a Valeriano Weyler, a Romanones y a Gregorio Marañón y en una menor cuantía a Mariano Benlliure y a Domingo Batet. El principal motivo para tales castigos oficiales fue un intento de golpe de estado proyectado por los perjudicados por la situación y auspiciado por los generales Valeriano Weyler y Francisco Aguilera. Pero la rebelión se descubrió, anulándose antes de realizarse. El golpe estaba proyectado para el día de San Juan de 1926, de ahí su apodo de "Sanjuanada".
El 4 de julio de 1926 un Real Decreto confirmó la nueva ordenanza a aplicar para los ascensos militares; Francisco Franco y Juan Yagüe obtuviron vía abierta en su profesión, al igual que todos los militares que con capacidad, vocación y valor combatieron en la Legión fundada por José Millán-Astray. Se trocaron en Marruecos las severas derrotas de tiempos recientes en victorias. Yse suprimieron la burocracia militar, las levas y el pago de cuotas para no acudir a Marruecos.
Regreso a Monte Arruit, foto de Alfonso

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Miguel de Unamuno y Vicente Blasco Ibáñez tuvieron que exiliarse. Desde París, Blasco Ibáñez escribió un artículo en francés, español e inglés, en el año 1924, titulado: "Alphonse XIII démasqué. La terreur militariste en Espagne". En él se leía
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"Este Ejército que consume la mayor parte de los recursos de España y al que se prodigan oficialmente alabanzas de heroísmo mayores que las que merecieron los ejércitos más famosos de la historia resulta derrotado indefectiblemente en toda operación emprendida fuera del país (...).
¿Para qué necesito me den armas las otras naciones de Europa? contestó Abd-el-Krim a un interlocutor. "Me basta con las que me proporcionan los españoles en sus retiradas y sus derrotas. Y así es, tal vez no llegue a emplearlas todas. Con tanta abundancia se regalan (...)"
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Alfonso XIII, el responsable máximo del desastre de Annual, el autor del telegrama "Olé los hombres", se ha olvidado de demostrar lo que cuesta a un pueblo tener un rey (...)
Franco, Primo de Rivera, Sanjurjo


El proceso de los reyes cuando estos no han sabido tomar la precaución de llegar a tiempo han terminado a veces de manera trágica. La Inglaterra de Crommwell y la Francia de la Convención lo saben" (1).
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Unamuno escribió en París unos sonetos titulados "De Fuerteventura a París": "¿Y qué vendrá después? Tal es la pregunta que se hacen en España los borregos del rebaño cobarde, y luego ciegos marchan a paso de cansada yunta. Todos los tontos forman una junta de defensa (...) ¡España! ¿a alzar su voz nadie

 se atreve? "
No obstante, Blasco Ibáñez se equivocó de pleno en esta ocasión. En septiembre de 1925 el gobierno de Primo de Rivera, con la colaboración de las fuerzas del mariscal Philippe Pétain, obtuvo una resonante y definitiva victoria sobre Abd-el-Krim en Alhucemas. Atrás quedaban las lamentables derrotas sufridas en el Barranco del LoboAnnual y Monte Arruit (1).
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La Legión española, dirigida por José Millán Astray, se distinguió en la batalla de Alhucemas. En ella, Francisco Franco, con el grado de coronel, tomó parte destacada en la operación y por su conducta fue ascendido a general. Franco: brilló, ante todo, al frente de la primera fuerza de tierra que desembarcó. La jefatura unificada hispano-francesa correspondió a Primo de Rivera. El general José Sanjurjo fue el encargado del mando de las tropas de tierra, mar y aire. Previamente, Sanjurjo se había significado al apoyar el golpe de Estado de Primo de Rivera desde su puesto de gobernador civil en Zaragoza. El entonces coronel Emilio Mola participó en Alhucemas con las tropas de infantería.
Francisco Franco visita a heridos de guerra
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En la madrugada del 8 de septiembre de 1925, las barcazas procedentes de una flota hispano-francesa, compuesta por ochenta buques, arribaron en las playas de Alhucemas mientras la artillería naval, apoyada por la aviación, respondía al fuego de las baterías emplazadas en las alturas de Alhucemas: bahía con laderas escarpadas y un peñón en su entrada. Los trece mil hombres desembarcados el primer día, a los que pronto se unieron algunas otras unidades y varios tanques, conquistaron la plaza al cabo de treinta jornadas de combates. Alhucemas selló el primer desembarco aeronaval en el mundo (2).

Desde su jefatura del Estado, Miguel Primo de Rivera prohibió continuar, en sus actividades normales, a la central anarcosindicalista CNT; situación que hizo prosperar a su competidora socialista UGT, sindicato afín al PSOE. Las buenas relaciones existentes entre la dictadura y este sindicato llegaron al punto de que se estableció un acuerdo insólito, para la época, entre Primo de Rivera y el líder sindicalista asturiano Manuel Llaneza, consistente en llevar a cabo la primera socialización efectuada en España: una mina de carbón en el valle de Langreo. Además, Francisco Largo Caballero, por aquellos días secretario general de la UGT, ocupó un puesto en el Consejo de Estado.
Millán Astray
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Durante el tiempo que gobernó Primo de Rivera, se mejoró el orden social de la nación y se impulsó la economía, desde su vertiente industrial a la de transportes, hasta llegarse a este punto: el crash de octubre de 1929 que ensombreció a las democracias capitalistas occidentales, no afectó a España ni económica ni bursátilmente.
A finales del año 1929, la oposición a Primo de Rivera aumentó. Las clases altas del país deseaban libertades y gestionar su parcela de poder, ahora que España estaba en calma social, progresando y se había dado por terminado el problema creado por la intervención en Marruecos.
La presión social logró que Alfonso XIII destituyera a Primo de Rivera el 28 de enero de 1930. Primo de Rivera no se opuso a esta decisión. El tiempo no perdona, y habían transcurridos ya unos años desde que en Roma, Alfonso XIII, ante Víctor Manuel III de Saboya, presentó con orgullo a Primo de Rivera con un "yo también tengo mi Mussolini".
Dimitido Primo de Rivera, se formalizó un gobierno provisional presidido por el general Dámaso Berenguer, retomándose la Constitución de 1876. Mientras tanto, Primo de Rivera se retiró a vivir sus últimos días a un hotel, nada lujoso, de París (3).
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Alfonso XIII despacha por primera vez con Miguel Primo de Rivera


(1) Leer "Alfonso XIII, Marruecos y Pío XI" , con los primeros pasos de la Dictadura. Este artículo es continuación de él.
Leer  "Alfonso XIII y Alcalá Zamora. Delenda est Monarchia"
Leer "El Barranco del Lobo, Annual, Monte Arruit. Abd-el-Krim y Millán Astray"

Región que España se anexionó a título de Protectorado

                                            Alhucemas, fuerzas del desembarco


Francisco Franco  y  Millán Astray en la Legión
1926, foto de Bartolomé Ros

.(2) Próxima a la bahía de Alhucemas se encontraba la cábila de Abd-el-Krim. Los anteriores intentos de llegar a la zona habían fracasado, incluido el que finalizó en Annual. Se estima en once mil los rifeños que defendieron Alhucemas. Dos de los tres acorazados que intervinieron eran españoles: el "Jaime I" y el "Alfonso XIII" (en él, Primo de Rivera instaló su puesto de mando). Ambos fueron alcanzados por las baterías de costa, sin sufrir graves daños.
A raíz de esta batalla, Abd-el-Krim se rindió a las tropas francesas. El que hubiera torturado y asesinado a algunos oficiales españoles que habían ido cayendo prisioneros en tiempos previos, sobre todo en las batallas de Annual y Monte Arruit, fue causa determinante para no rendirse al mando español y sí al francés. La  toma de Ajdir por los franceses, la capital rifeña de Abd-el-Krim, determinó el fin real de la guerra.
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(3) En el hotel Mont-Thabor, rue de Mont-Thabor
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Franco en Ras-Medua, noviembre 1921
Fotografías de cabecera:
Desembarco en Alhucemas
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Fotografías en orden descendente:
-Monarcas europeos en 1910. de izquierda a derecha. De pie, Haakan VII de Noruega, Fernando I de Bulgaria, Manuel II de Portugal, Guillermo II de Alemania, Jorge VI de Grecia y Alberto I de Bélgica. Sentados, Alfonso XIII de España, Jorge V de Inglaterra y Federico VIII de Dinamarca.
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-Acorazados "Alfonxo XIII" y "Jaime I". El "Alfonso XIII" recibió el nombre de "España" cuando se instauró la Segunda República. En la Guerra Civil fue utilizado por los nacionales, hasta que el 30 de abril de 1937 una mina le dejó fuera de servicio cuando patrullaba en aguas de Santander. El "Jaime I" navegó con los colores de la República; fue gravemente dañado por el ataque de la aviación en aguas de Almería; refugiado en Cartagena, el 17 de junio de 1937 quedó fuera de combate debido a una explosión en su interior.
Abd-el-Krim
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-Alfonso XIII y Miguel Primo de Rivera
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-Miguel Primo de Rivera
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-Alfonso XIII, óleo de Pons Arnau
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-Edificio en Legazpi, Madrid, en aquellos días
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-Monte Arruit, cuando regresó el ejército español
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-Franco, 1º por la izquierda; Primo de Rivera, 2º; Sanjurjo, 3º Franco
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-Alfonso XIII
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Franco comandante
-Franco y Millán Astray
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-El entonces comandante Francisco Franco con otros componentes de la Primera Bandera de la Legión durante la victoria en Ras-Medua, noviembre de 1921. Franco era, entonces, el jefe de la Primera Bandera y el segundo, tras Millán Astray, en la jerarquía de la Legión.
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Alhucemas, desembarco
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-Abd-el-Krim
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Franco cuando era comandante
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