26 abr 2018

La Revolución Rusa de Octubre, según Karl Kautsky y Rosa Luxemburg



Huida de rusos blancos al perder la guerra
por Novorossiysk, Mar Negro, 12 marzo 1920



La Revolución Rusa, y su consolidación tras la victoria del ejército soviético sobre los rusos blancos, supuso el mayor cambio sociopolítico de Occidente, tras la caída del Imperio Romano a manos del bárbaro arriano Odoacro en el año 476.

         La Revolución Rusa, según Karl Kautsky y Rosa Luxemburg


Cartel bolchevique



Karl Kautsky intentó durante el transcurso de las sesiones de la Segunda Internacional unificar todas las fuerzas de la izquierda europea. Sin embargo, conforme avanzaba el tiempo se fueron separando de Kautsky aquellos socialistas en cuyos países existía un régimen despótico, que abandonaron las teorías conciliadoras de Kautsky, e incluso el término de socialdemocracia que él había ayudado a acuñar.

A raíz de la Revolución de Octubre en Rusia, Kautsky escribió "Dictadura del proletariado". Su pensamiento difiere totalmente al expuesto por Lenin explicando la necesidad y lógica de su revolución y la consecuente aplicación de la dictadura. Hasta tal punto se molestó Lenin con la obra de Kautsky que le contestó con un ensayo: "La revolución proletaria y el renegado Kautsky".
Kautsky explicaba en su ensayo: "La Revolución Rusa ha llevado a Lenin a adoptar la dictadura en lugar de la democracia". Esta frase, y el concepto que encierra, fue definitiva para el divorcio entre el pensamiento de ambos líderes. Por otra parte, Lenin y Rosa Luxemburg habían denunciado  a los dirigentes de la II Internacional por haber traicionado los intereses de la revolución marxista.

Kautsky defiendía su modelo de socialismo no revolucionario: "El socialismo requiere unas condiciones muy estrictas de tipo económico, numérico y de una madurez organizativa e intelectual. Fuera de estos marcos y de esas condiciones se desemboca en la dictadura de un partido o de una burocracia". Y añadía poco después: "El socialismo como medio para la liberación del proletariado sin democracia resulta inimaginable".
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Kautsky sólo justificaba esa forma de proceder de Lenin, si su revolución se hubiese aplicado en sociedades primitivas, pero no en la Europa del siglo XX.  Kautsky no tenía razón, puesto que la Rusia de principios del siglo XX, dejando aparte a la clase alta y sin disponer apenas de capas sociales medias, era una sociedad paupérrima, y que después de tres años de guerra europea, el pueblo se había terminado de convertir, aparte de en desesperado, en una sociedad primitiva tanto en educación como en nivel de bienestar.
Kautsky veía al pueblo ruso como un reflejo del alemán, no como vivía en la realidad; las diferencias entre ambos eran muy sensibles.
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Kautsky


El desarrollo del comunismo en la China de Mao Tse-Tung y, sobre todo, años más tarde, con las ideas de Deng Xiaoping, es un ejemplo práctico de cómo se recoge una sociedad primitiva y se la reconvierte en el transcurso de dos generaciones en una sociedad moderna.
Kautsky ofreció una buena explicación de cómo era la actitud de los zares, y otros monarcas europeos del siglo XIX y principios del XX, y del significado ideal de la palabra democracia"de los esperados intentos de las clases dominantes por liquidar la democracia no se desprende la invalidez de la democracia para el proletariado, sino mas bien la necesidad que tiene el proletariado de defender a sangre y fuego ldemocracia". Con esta idea llegamos al punto de que Kautsky admitía el hecho de la Revolución Rusa como una única salida a la lamentable situación del pueblo sometido a la dictadura del capital antisocial concentrado en los zares y su corte.
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Desfile de bolcheviques en la Plaza Roja
tras el éxito de la Revolución


Marx había explicado tras la finalización del V Congreso de la Asociación Internacional de Trabajadores, Primera Internacional, celebrada en La Haya en septiembre de 1872"el obrero ha de tener algún día en sus manos el poder político para fundar la nueva organización del trabajo. Ha de derrocar la vieja política (...) pero no hemos afirmado que hayan de ser iguales en todas las partes los caminos para llegar a ese fin (...) sabemos que hay que tener en cuenta las instituciones, las costumbres y las tradiciones de los diversos lugares".
Marx sabía que no podía llegarse a aplicar de igual forma el socialismo en la Rusia zarista que en la Alemania de Bismarck; y de esta forma también lo conocía Kautsky cuando su partido socialdemócrata, dirigido por Friedrich Ebert, tomó el Poder en noviembre de 1918, salvando a Alemania no sólo de la ruina social y económica a la que la llevaron la guerra europea y el Tratado de Versalles, sino también del acoso revolucionario, tenaz y sangriento de los socialistas reaccionarios, encabezados por Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg.
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Revolución Rusa. Toma del palacio en
San Petersburgo, sede del Gobierno


Tanto Lenin, como más tarde Mao Tse-Tung y, sobre todo, Den Xiaoping, aplicaron en sus países el único socialismo posible cuando alcanzaron el poder.
Es muy posible que Lenin hubiese desarrollado correctamente el socialismo, como se realizó en China, conduciéndole paulatinamente al ideal de la socialdemocracia; pero su prematura muerte nos impide juzgar con suficiente pulcritud este punto. La aplicación del leninismo, en lugar de las teorías económicas y sociales del marxismo ortodoxo, indican que Lenin y sus Repúblicas Soviéticas se hubiesen convertido en el transcurso de varias décadas en un régimen similar al existente hoy en China.
Lo que sí sabemos es que su sucesor, Stalin, no lo hizo y logró, en cambio, alumbrar el régimen más despótico e irracional que ha conocido Occidente, que, además, fue faro de algunos socialismos radicales y dictatoriales europeos, incluido el español.

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Pensamiento de Rosa Luxemburg acerca de la Revolución Rusa y de la aplicación del socialismo de Lenin en Rusia

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Rosa Luxemburg

Las palabras que había pronunciado Lenin en su placentero retiro en Suiza poco tenían que ver con el modelo de socialismo que aplicó en Rusia tras la revolución. Sin embargo, hay que tener en cuenta que al no existir una suficiente clase media en su país y que los pocos profesionales cualificados formaban parte de la élite contra la que se sublevó, poco podía hacer para establecer un socialismo avanzado. Lenin no estaba, en absoluto, tan ofuscado como para instaurar un socialismo radical. Entonces, diseñó un modelo de socialismo, que teniendo en cuenta la pobreza total que campaba en Rusia, incrementada por los años de guerra europea y la nueva guerra contra los "rusos blancos", fue no sólo un éxito sino que era el único proyecto viable para conseguir el progreso y bienestar del pueblo.
Lenin logró captar para su régimen a algunos profesionales en sanidad e industria y en lugar de la colectivización del terreno pregonada en su socialismo, dispuso la existencia de pequeños empresarios, a los que regaló los terrenos previamente expropiados a los latifundistas, intentando siempre que estos nuevos empresarios se identificasen con las personas más capaces de aquella Rusia. (El modelo de explotación agraria en colectividad se instauró en Aragón durante 1937. El régimen libertario de los anarquistas presididos por Joaquín Ascaso en el "Consejo de Aragón" obtuvo un pleno fracaso).
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Lenin, óleo  de
Isaac Brodsky, 1925


La forma de proceder de Lenin molestó a Rosa Luxemburg. Ambos ya habían mantenido una discusión ideológica de base acerca de la autodeterminación de las naciones ya que ésta era una purista del socialismo reaccionario, comunismo, y al no entender el porqué del desviacionismo de Lenin, explicó que sería más difícil en un futuro próximo controlar a esa clase media que se estaba fraguando en la nueva Unión Soviética, que a la extinta clase elitista, que una vez perdido el soporte policiaco y militar, en el que se apoyaba, no ofrecería ningún tipo de peligro, debido a la lógica cobardía del capital.
El socialismo de carácter radical siempre tendrá puesto sus odios en los movimientos y organizaciones de la clase media. Así sucedió cuando intentó derribar la socialdemocracia en la Alemania de 1918 y en sus luchas, a todos los niveles, contra el fascismo en los años 20 y 30. Por tanto, la postura adoptada por Rosa Luxemburg fue convencional y sincera, pero no inteligente.
Rosa Luxemburg en su obra "La Revolución Rusa", escrita en septiembre de 1918, comienza su tesis discrepando con las ideas de Kautsky. Rosa Luxemburg había colaborado durante once años en el semanario "Neue Zeit", "Tiempos Nuevos", dirigido por Kautsky; en él escribió hasta 1910, fecha a partir de la cual sus críticas a Kautsky y Bebel fueron constantes, al no desear éstos la revolución socialista en Alemania, en particular, y en ningún lugar, en general
También Rosa expresó en este trabajo su disconformidad con el pensamiento de los dirigentes mencheviques Axelrod y Dan, a los que califica como partícipes del ala oportunista del movimiento obrero ruso.
Por el contrario, Rosa Luxemburg alaba a "los sólidos pensadores que están en la dirección de la Revolución Rusa: Lenin y Trotsky", indicando que el bolchevique fue "el único partido que hizo una política realmente socialista (...) que comprendió la ley y el deber de un partido auténticamente revolucionario".
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Leyéndola se comprende la actitud radical que estaba adoptando para "salvar" el destino de la Alemania que la había acogido; ya que, según explicaba: "la insurrección de Octubre de 1917 no sólo representó la salvación de la Revolución Rusa, sino también la rehabilitación del socialismo internacional".
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Lenin


Sin embargo, más adelante Rosa Luxemburg no entendiendo, en absoluto, la gestión de Lenin en la nueva Unión Soviética arremetió contra él: "Las desigualdades sociales y económicas entre los campesinos no fueron eliminadas sino acentuadas y las contradicciones de clase se han exasperado (...) este desplazamiento de fuerzas se produjo en perjuicio de los intereses proletarios socialistas (...) Ahora, después de la ocupación, los adversarios de cualquier transformación verdaderamente socialista de la agricultura se han convertido en una masa enormemente acrecentada y fuerte de campesinos propietarios, que defenderán con uñas y dientes la propiedad recién adquirida contra todo atentado socialista. El programa agrario peculiar de Lenin antes de la Revolución era distinto (...) La reforma agraria leninista ha creado un nuevo y potente estrato social de enemigos del socialismo en el campo, cuya resistencia será mucho mayor, más peligrosa y tenaz que lo haya sido de los grandes terratenientes aristócratas".
Rosa Luxemburg proseguía: "La breve consigna de Lenin y sus amigos: tomad y repartiros la tierra, condujo al traspaso repentino y caótico de la gran propiedad terrateniente... a los campesinos ricos y usureros que constituían la burguesía campesina y que en todas las aldeas tenían en sus manos el poder local efectivo, que se han convertido en los principales beneficiarios de la revolución agraria (...) las desigualdades sociales y económicas entre los campesinos no fueron eliminadas sino acentuadas y las contradicciones de clase se han exasperado".
¡Ay, aquella Rosa!
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