9 feb 2014

El hundimiento del acorazado Maine. Guerra Estados Unidos vs España

Lema del blog: "No busquen la verdad en palabras o escritos de los que ejercen el poder o cobran por su función amarilla"

17 febrero 1898. El hundimiento del Maine
según el "New York Journal". Se ofrece
recompensa por los "asesinos" españoles.



El hundimiento del acorazado estadounidense USS Maine marcó tres hitos en la historia: el punto final del imperio español y de sus actividades imperialistas en ultramar, la consolidación del incipiente imperialismo de Estados Unidos (leer "Imperialismo de EEUU. Recordar el Lusitania") y un fuerte paso adelante en la magnitud de las mentiras realizadas por los políticos para ayudar a los intereses del capitalismo local, al cual están asociados y, a veces, subordinados.


Candidatura del Partido Republicano para las legislativas
de 1900: William McKinley y Theodore Roosevelt
La victoria sobre España era la base de sus méritos



                               Hundimiento del Maine. Recordar el Maine


El acorazado Maine

El acorazado de Estados Unidos "Maine", botado en noviembre de 1889 en los astilleros de Brooklyn, desplazaba 6.790 toneladas.
El Maine se hundió en aguas de La Habana en el anochecer del 15 de febrero de 1898; puerto al que había llegado el 25 de enero, quedando fondeado entre el crucero "Alfonso XII", que desplazaba 3.900 toneladas, y el buque "Legazpi", un mercante británico reconvertido en buque de guerra español con 1.024 toneladas de desplazamiento.
El hundimiento del Maine costó la vida a 250 marineros y a dos oficiales que estaban de guardia, de una tripulación de 355 hombres. El resto de la oficialidad asistía a un banquete que las autoridades españolas ofrecían en tierra a los jefes y oficiales estadounidenses.

El comandante del Maine era el capitán de navío Charles Sigsbee; sus declaraciones fueron una causa fundamental de la crisis creada al modificar las que había realizado previamente en La Habana, pues cuando llegó y se asentó en Cayo Hueso, en Florida, acusó a los españoles del hundimiento. Estas manifestaciones constituyeron la base para que el Senado estadounidense condenase a España (1). De esta forma, el secretario de Marina de Estados Unidos, John D. Long, trocó su primera opinión pública. El hundimiento había dejado de ser un accidente, pues esta hipótesis no servía para justificar una meditada agresión imperialista.
Tras la postura de Long se alinearon el jefe del Departamento de la Armada, Theodore Roosevelt, y, con él, el presidente de la nación William McKinley. Más tarde, Theodore Roosevelt se presentó voluntario para ir a la guerra contra España, brillando en la batalla de la colina de San Juan, mérito que le valió para llegar a vicepresidente, y a presidente cuando fue asesinado McKinley en 1901.

El motivo del hundimiento fue una explosión interior. Deducirlo era muy fácil, pues sólo había que observar los bordes metálicos del agujero ocasionado, con las rasgaduras hacia afuera, como así dictaminó la comisión que de inmediato envió el gobierno español, constituida por el capitán Pedro Peral y Caballero, hermano de Isaac Peral,  y el alférez de navío Francisco Javier Salas.
.....................El acorazado Maine hundido
Sin haber siquiera intercambiado palabra alguna los responsables de Estados Unidos con los mandos navales españoles existentes en la capital de Cuba, los políticos y la prensa norteamericana sentenciaron a España como nación agresora. Esa prensa creó el estado de opinión necesario para que el pueblo americano apoyase e incluso forzase, como así sucedió, una intervención militar.
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l 11 de abril de 1898, el presidente de Estados Unidos solicitó al Congreso la autorización pertinente para declarar la guerra a España. El 20, esa asamblea aprobó una resolución que demandaba a España para que entregase el control de Cuba a Estados Unidos, país que sería el garante de un proceso independentista y electoral en la isla.
El Gobierno español rechazó la propuesta, con rapidez y sin dar opción a más negociaciones.
En esos días, McKinley ya había dispuesto un bloqueo naval de la isla y el envío de un contingente de 125.000 soldados a Cuba,  muchos de ellos eran voluntarios.

    Batalla naval de Manila, óleo  J. G. Tyler


El día 25 de abril, el Congreso de Estados Unidos aprobó, con una gran mayoría, la declaración de guerra a España, limitando el campo de acción al Caribe y a las islas Filipinas y Guam en el Pacífico. Sin embargo, la realidad pudo haber sido muy distinta. La declaración oficial de la guerra se pudo leer por primera vez en el New York Journal del 26 de abril, en un artículo que reconocía que la guerra existía desde el pasado día 21 a resultas de  la Resolución tomada por el Senado y la Cámara de Represantes el 19 de abril y sancionada por McKinley al día siguiente. El día 23 comenzaron los apresamientos de buques mercantes españoles por parte de la marina estadounidense.

El presidente del Consejo de Ministros español, Práxedes Mateo Sagasta, dispuso enviar a Filipinas una flota para sustituir a la que Dewey había hundido en Cavite, Cuando esa armada navegaba a la altura del mar Rojo con dirección al Pacífico, Estados Unidos amenazó con bombardear las ciudades de la costa española si los buques continuaban con su plan de navegación. Una Intimidación disconforme con la disposición aprobada en el Congreso. La flota se dio la vuelta y Sagasta comenzó a buscar las pertinentes fuentes intermediarias para solicitar el fin de la guerra.


Bandera EEUU, el Tío Sam y el Águila Calva
US Flag, Uncle Sam and Bald Eagle


                                                               La  guerra

New York Journal. Dewey toma
la ciudad de Manila


Cuando el Congreso de Estados Unidos aprobó, aquel 25 de abril, la propuesta presentada por William McKinley para acudir a la guerra, tras su frase: "Cuba debe ser libre e independiente, como lo es de hecho", la guerra ya había comenzado, pues el día 21 habían desembarcado los estadounidenses en Matanzas, tan pronto como el optimista e imprudente gobierno de Sagasta hubo declarado la guerra a Estados Unidos.
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El 1 de mayo de 1898, el comodoro George Dewey había destrozado  a la escuadra mandada por el contraalmirante Patricio Montojo en Cavite, en la bahía de Manila. En ambas batallas navales, las pérdidas de los estadounidenses fueron mínimas. A resultas de la batalla naval fue rendida Filipinas, era indefendible.
El 3 de julio, en la bahía de Santiago de Cuba, la escuadra del almirante Pascual Cervera y Topete fue aniquilada por la del almirante William Thomas Sampson. Cervera fue apresado, muriendo en la batalla naval más de trescientos marinos españoles por solo uno estadounidense. Sampson recibió las llaves de la ciudad de Santiago, al rendirse el general José Toral y Velázquez al no disponer de opción alguna de tener una lucha algo equilibrada.

Las derrotas españolas en tierra se sumaron a las marítimas, tanto en Cuba y Puerto Rico como en Filipinas. Sin embargo, estas rápidas batallas se resolvieron debido a la superioridad numérica de los americanos y sus aliados nativos.
En Cuba, los patriotas criollos, luego agrupados en el Ejército Mambi,
desde el Grito de Yara de octubre de 1868, llevaban hostigando a los soldados españoles allí enviados para defender los intereses económicos de los dirigentes políticos. En 1895 fue abatido en combate el político y escritor cubano José Martí. 
Declarada la guerra entre Estados Unidos y España, el 1 de julio de 1898 se libraron dos batallas decisivas en Cuba: en El Caney Joaquín Vara del Rey y 500 hombres soportaron con sacrificio a un ejército de voluntarios estadounidenses compuesto por más de 7.000 soldados. Vara del Rey murió en el transcurso de la batalla.

En la colina de San Juan, Arsenio Linares con 800 hombres se  sacrificaron ante el acoso de una fuerza diez veces superior dotada con una sensible mayor potencia de fuego de artillería. Gracias a esta batalla fue  ensalzado Theodore Roosevelt al frente de los Rough Riders, acción que la valió la vicepresidencia de Estados Unidos, y muy pronto la presidencia al ser asesinado el presidente William McKinley el 14 de septiembre de 1901 por un anarquista.
La paz entre Estados Unidos y España se alcanzó en el Tratado de París firmado el 10 de diciembre de 1898. Por las disposiciones tomadas, España se retiró del Caribe y Filipinas, recibió por parte de Estados Unidos una moderada compensación económica y tuvo que vender al año siguiente el resto de dus colonias isleñas ubicadas en el Pacífico.

William Sampson, foto de
la Librería del Congreso


A la cabeza de aquella prensa amarilla de Estados Unidos, que creó el suficiente clima bélico, se colocaron William Randolph Hearst (un alumno expulsado de  la Universidad de Harvard), con su "New York Journal" (Hearst cambió el nombre inicial: Morning Journal) y Joseph Pulitzer, un nacido húngaro de origen judío, con su menos sensacionalista "New York World" o "The World". Hearst popularizó un lema elevado a filosofía política: "Recordar el Maine". Su  éxito se repitió pocos años después con el eslogan "Recordar el Lusitania". En 1898 ambos periódicos sobrepasaban diariamente la tirada de medio millón de ejemplares.
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La prensa española era tan mentirosa y optimista como la de Estados Unidos, pero ésta no era estúpida, sino todo lo contrario. El "Blanco y Negro" publicó: "Van los Estados Unidos buscando nuevas glorias, pero no son las de Nelson, sino las de Barbarroja". En Madrid los intereses de los caciques, que veían peligrar sus negocios en ultramar, crearon un clima de optimismo bélico, para ellos valía todo, excepto acceder a las peticiones realizadas por McKinley.

Estados Unidos, a la fecha, no ha pedido la oportunas y suficientes disculpas a España, ya que el devolver Cuba, Puerto Rico y Filipinas no sólo no es, ni era, posible sino que además es irreal e injusto, puesto que ya en 1898 esas islas no debían pertenecer a la Corona de España, sino a sus habitantes. Aquella situación sólo representaba un provecho para los capitalistas españoles y un sufrimiento para los pueblos implicados en la anacrónica situación: español, cubano, puertorriqueño y filipino.
Pin de EEUU: "Recordar el Maine"
el infinitivo en inglés dio lugar al
infinitivo en español

Unos versos del estadista y héroe filipino José Rizal, que había sido ajusticiado indebidamente y que no pudo contemplar los sucesos de 1898, sirven para ensalzar el sufrimiento de los pueblos sometidos durante años a los intereses de un capitalismo anacrónico y esclavista:
"Ora por todos cuantos murieron
sin ventura
por cuantos padecieron tormentos
sin igual
por nuestras pobres madres
que lloran su amargura
por huérfanos y viudas
por presos en tortura
y porque pronto veas tu rendición final."
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(1) Hasta 1976, Estados Unidos oficialmente  no había querido reconocer la verdad sobre lo acontecido en el hundimiento del Maine. En aquel año, un informe del almirante Hyman Rickover (considerado como el promotor de la marina de guerra nuclear) dictaminó  que una explosión interna provocó la tragedia, que al parecer se inició con un fuego localizado en la carbonera, separada del pañol de municiones por una frágil pared.

                                                                       
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                        La guerra en un mapa-croquis y fotografías


                        Mapa con la ubicación de Santiago de Cuba, El Caney y San Juan

                                                                  El Ejército Mambi

                                                                Blocao español en Cuba

                                                 "Bruma en Cuba", óleo de Ferrer Dalmau

                                                         Cuba 1895, Guardias Civiles        
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 Retirada de las tropas española de Cuba al final de la guerra

                                                   El almirante Pascual Cervera y Topete
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                                                  Guardias civiles nativos, Filipinas 1898

                                                          Ejército español en Cuba, 1898

Batalla de El Caney  y el general Vara del Rey, ilustración 

Infantería de marina española, Filipinas, 1888

                    Theodore Roosevelt, jefe de los Rough Riders y próximo presidente

              Alegoría ilustación de Pablo Ouiteral. Vara del Rey y su sacrificio en El Caney

            Tropas de Estados Unidos en la guerra por Filipinas contra España, Getty Images

                Los últimos de Filipinas, los supervivientes de El Baler han regresado a España

                                       Infantería de marina española en Manila, 1888


                                       Óleo de Critófol Monserrat. Museo del Ejército, Toledo
          Valeriano Weyler, gobernador militar en Filipinas y Cuba en la preguerra

Ilustración Kurtz and Allison de Estados Unidos
relativa al hundimiento del Maine

Batalla de Manila, librería del Congreso de EEUU
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Batalla de Cavite. 1 mayo 1898
Crucero USS Raleigh en acción


¡Qué lejos de los ideales de EEUU está el caso del Maine!
¡Qué lejos está el caso del Maine a los de los Días de la Infamia:
los ataques a Pearl Harbor y a las Torres Gemelas!
Foto de una ilustración de Downland

El Tío Sam llama traidor a España

Desembarco estadounidense en Guantánamo
Litografía de Le Petit Journal